Si no tienes una olla para fondue clásica con un quemador debajo, usa un quemador de conducción o eléctrico de mesa para mantener la salsa de queso lo suficientemente caliente para que se pueda mojar hasta el último trocito.

Los pepinillos franceses pequeños son ideales para acompañar una fondue de queso tradicional, pero también puedes servir pepinillos encurtidos con eneldo o pepinillos salados. El toque ácido de los pepinillos contrasta a la perfección con el rico queso. Un puñado de espárragos o ramilletes de brócoli al vapor, junto con trozos de salchicha ahumada, le darán un toque más colorido a la fuente.

La clave para una fondue exitosa no solo reside en que los quesos se fundan bien, sino también en que se complementen: prueba a usar fontina o gouda con el queso suizo, para darle un sabor más a nuez. Mezclar el queso con un poco de maicena ayuda a estabilizar la salsa y evitar que se separe.